Para hacer una valoración del estado de nutrición del ser humano
es preciso considerar el cuerpo dividido en compartimentos. A este conjunto de
compartimentos es a los que nos aproximamos cuando hablamos de la composición
corporal.
El estado nutricional expresa el grado en el que se satisfacen las
necesidades fisiológicas de nutrientes. El equilibrio entre la ingesta de
nutrientes y las necesidades del organismo de estos nutrientes depende de
diversos factores.
Las técnicas de valoración apropiadas detectan carencias
nutricionales en las primeras etapas del desarrollo, de esta manera puede
mejorarse la ingestión dietética mediante el apoyo y el asesoramiento
nutricional antes de que se presenten consecuencias más graves. Estas técnicas
incluyen examen del estado físico, crecimiento y desarrollo, función de los
diversos sistemas de órganos, conducta, valores de nutrientes en orina, sangre
o tejidos y calidad y cantidad de la ingesta de nutrientes.
Además se debe tener una información sobre tratamientos farmacológicos
que siga el paciente, el nivel de estrés o enfermedades crónicas, el nivel
socioeconómico, los conocimientos sobre nutrición, los hábitos culturales y el
estilo de vida, porque todos estos factores influyen en la ingestión y en las
necesidades nutricionales del individuo.
En un sistema de salud deben valorarse de forma sistemática el
estado nutricional de todas las personas, sin embargo el tipo de valoración
será diferente en las personas básicamente sanas y en las personas enfermas.
Una valoración nutricional completa permite que sea el plan de apoyo
nutricional, la educación y el asesoramiento nutricional sean más eficaces.
¿Cuáles son los distintos compartimentos
corporales?
Tradicionalmente se ha considerado
que el cuerpo humano está constituido por dos compartimentos: proteico y
graso, o también por masa grasa y masa libre de grasa, sin embargo podemos
considerar que esta división implicaría la subdivisión de esta masa libre de
grasa en músculo esquelético, proteína visceral, proteínas plasmáticas, agua
extracelular, piel y esqueleto.
Las proteínas tienen a su cargo una
función estructural importante no sólo en los tejidos corporales, sino
también en la formación de enzimas, hormonas, además de las funciones de
transporte, defensa, y de reserva.
Así podríamos
determinar la masa grasa mediante la medición de los pliegues cutáneos, el músculo
esquelético mediante la circunferencia muscular del brazo y el índice
creatinina-altura; las proteínas viscerales mediante la determinación de
parámetros analíticos: albúmina, transferrina, prealbúmina, proteína ligada
al retinol y los marcadores inmunológicos.
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Las reservas de grasa del organismo
se pueden medir con técnicas más o menos sofisticadas (la densitometría,
dilución isotónica, pliegues cutáneos), el grosor de determinados pliegues
cutáneos (bíceps, tríceps, subescapular, suprailíaco, abdominal, etc.) es un
índice satisfactorio de la grasa total orgánica, porque en el hombre la mitad
de la grasa corporal se encuentra en la capa subcutánea. De todos los
pliegues que se pueden medir, el más utilizado es el del tríceps, por su
fácil acceso y su buena correlación con la grasa total corporal. La medición
se realiza con la ayuda de un medidor llamado lipocalibrador como indica la
figura. Se realizan tres mediciones y se halla el valor medio. Las medidas
obtenidas se comparan con tablas de valores estándar según el sexo y la edad.
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